La industria nuclear mueve ficha y pide al Gobierno retrasar el cierre de las centrales
El Gobierno pactó en 2019 con las grandes eléctricas
un calendario para el cierre progresivo de todas las centrales nucleares que
conducirá al apagón atómico total en el país. El acuerdo con Endesa, Iberdrola,
Naturgy y EDP contempla una clausura escalonada de las plantas que arrancaría
en 2027 y culminaría con el último el cierre en 2035.
En plena crisis energética varios países europeos
han revisado su decisión de prescindir de manera temprana de su parque nuclear,
y la industria nuclear española ahora mueve ficha para meter presión al
Gobierno para que siga sus pasos. La Sociedad Nuclear Española (SNE), una
organización que agrupa a profesionales del sector nuclear y también a empresas
vinculadas -entre ellas, Endesa, Iberdrola, Naturgy, EDP y sus sociedades
conjuntas en este negocio- ha lanzado un manifiesto con el que reclama al
Ejecutivo que retrase los plazos de cierre previstos y prolongo la vida de las
centrales nucleares españolas.
La organización pide al Gobierno que aproveche la
obligada revisión del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) que
debe hacer este año para incluir en la nueva hoja de ruta energética hasta 2030
el mantenimiento de al menos los reactores cuya clausura está prevista a lo
largo de esta década.
“Lo prudente
y razonable es, al menos, retrasar el cierre de la generación nuclear en
España, conclusión a la que están llegando en todos los países de la UE,
excepto España”, sostienen los socios de la SNE en un manifiesto, alertando de
la conveniencia del aplazamiento del apagón nuclear en un contexto de crisis y
de volatilidad de precios energéticos, y por la necesidad de mantener la
autonomía energética de los países por la presión geoestratégica actual y
ahondar los esfuerzos de producir electricidad sin emisiones para luchar contra
la emergencia climática.
PROLONGAR
DURANTE DÉCADAS
La clausura gradual y escalonada de los siete
reactores españoles acordado en 2019 con las grandes eléctricas contempla que
Almaraz I cerrará en 2027, Almaraz II en 2028, Ascó I en 2030, Cofrentes en
2030, Ascó II en 2032, Vandellós II en 2035 y Trillo también en 2035. Con este
cronograma, hasta 2030 española dejará fuera de su sistema eléctrico cerca
4.000 MW de potencia.
“Eso supone perder un 12% de la electricidad generada
en nuestro país y una fuente de energía que está conteniendo los precios del
mercado mayorista”, subraya la SNE en su manifiesto. “A día de hoy, es
técnicamente imposible que los objetivos de descarbonización recogidos por el
PNIEC se cumplan si se cierran 4 centrales nucleares antes de finalizar el
2030”, sentencia.
El Gobierno se muestra firme defendiendo mantener
sin cambios las fechas de clausura acordadas. Desde el Ejecutivo se subraya, de
hecho, que ninguna compañía ha transmitido su voluntad de cambiar los plazos y
que retrasar el cierre no es una solución que sirva para atender las urgencias
provocadas por la actual crisis energética.
El calendario pactado entre Gobierno y eléctricas
hará que las centrales nucleares españolas estén en funcionamiento de media
unos 46 años desde su puesta en marcha. Desde el sector nuclear se insiste en
que no hay impedimentos técnicos para mantener en activo los reactores más de
60 años.
"Como profesionales nucleares, y en base a
nuestros conocimientos técnicos y experiencia del sector, avalamos el
funcionamiento seguro de las centrales nucleares de este país y su capacidad
para continuar operando hasta los 60 años o más sin que exista ningún límite
legislativo o técnico que lo impida", recoge el manifiesto. “La fecha de
cierre del parque nuclear es un debate que se fundamenta únicamente en
criterios políticos y fiscales, no técnicos (…) Países como Estados Unidos,
Francia, Japón o Bélgica están ampliando la vida de sus reactores hasta los 60
años e incluso 80. La operación más allá de los 40 años no supone un reto
tecnológico ni económico”.
DECISIÓN
TEMPRANA
La industria nuclear advierte de que los plazos para
decidir si se revisa el calendario de cierres de las centrales no son
ilimitados y si se quiere retrasar las primeras clausuras la decisión no puede
demorarse. Y es que para posponer los primeras clausuras, singularmente la de
Almaraz I en 2027, hay que tomar una decisión este año o el próximo como muy
tarde. Las nucleares ponen así deberes al actual Ejecutivo o al próximo
Gobierno que salga de las elecciones previstas para fin de año.
“2023 es un año clave para España, ya que, si en
2024 no se ha tomado una decisión en firme sobre la contribución de la energía
nuclear en el periodo 2030-2050, no habrá vuelta atrás y se confirmará
técnicamente el cierre definitivo de Almaraz 1 y su aporte a la red eléctrica
española”, alerta la Sociedad Nuclear Española.
Las compañías eléctricas deben afrontar un proceso
previo de planificación de inversiones y recursos necesarios y los reguladores
han de desarrollar el procedimiento de estudio y de preparación para la
prolongación del permiso de explotación de cada central nuclear. En total hacen
falta unos tres años antes de que clausure la licencia de explotación de la
central.
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