La energía eólica necesita mil veces más espacio que la nuclear para producir lo mismo
Con España llenándose de parques eólicos y huertos solares, cada vez surge con más fuerza la pregunta de qué efectos secundarios está teniendo la adopción masiva de estas fuentes de energía mucho menos intensivas que las que hasta ahora eran las más comunes del mix energético.
Ta como detalla la revista Libre Mercado, efectos
secundarios que tienen mucho que ver con el impacto que esas grandes plantas
provocan allí donde han de ser instaladas, que es obvio que sólo puede ser en
zonas rurales en las que la aparición de los grandes molinos de viento o los
campos cubiertos de placas solares son vistos, cada vez más, como una agresión.
De hecho, empiezan a escucharse críticas que hasta
hace poco eran impensables y que están alarmando a un sector que hasta ahora
sentía que no podía perder la batalla de la opinión pública, tal y como recogía
un angustiado artículo publicado la pasada semana en El País.
Pero es que hay motivos más que evidentes para que
ese rechazo crezca: las energías verdes no son tan verdes –el impacto en la
avifauna de la eólica es brutal, por ejemplo–, su afectación al paisaje es
enorme y, por último, la ocupación de territorio necesaria para general toda la
electricidad que consume una sociedad avanzada es también tremenda, a pesar de
que nadie hable de ese dato.
Desde estos puntos de vista, es muy significativo
comparar el espacio que ocupan las distintas formas de generación de energía a
la hora de producir una cantidad similar de electricidad. Es una comparación
que no es sencilla hacer y que, como es obvio, sólo pretende ser orientativa,
pero que al mismo tiempo resulta muy significativa.
Para hacerla vamos a tomar como ejemplo algunas de
las instalaciones punteras en cada uno de sus ámbitos. Por ejemplo la central
nuclear de Ascó, que es la que más electricidad produce en nuestro país. Tal y
como podemos ver en los datos que ofrece Statista, en 2021 los dos generadores
nucleares de Ascó generaron 16.232 GWh.
Para hacerlo la central ocupa un espacio de 1,12
kilómetros cuadrados, según nos permite calcular la web CalcMaps a partir de
las imágenes de satélite de Google Maps. Haciendo una operación muy sencilla,
por cada kilómetro cuadrado ocupado por una central nuclear se generan 14.492
GWh al año.
En el campo
de la energía eólica vamos a tomar como referencia un parque tan puntero como
que todavía no está terminado: GECAMA (Generación Eólica de Castilla-La Mancha)
será cuando finalice sus construcción el mayor de España, con una potencia
instalada de 392 MW y que en teoría va a generar 1.000 GWh al año, un dato que
la compañía creadora, la israelí Enlight Renewable Energy no ofrece en su
página web –al menos en las secciones traducidas al inglés– pero que
encontramos en una noticia sobre el proyecto publicada en noviembre de 2021 por
elDiario y que daremos por bueno para nuestra comparación.
Es decir, el mayor parque eólico de España genera
algo menos que un dieciseisavo de la electricidad que produce la mayor planta
nuclear de nuestro país.
Y para ello ¿qué espacio necesita ocupar? Este es un
dato que no es fácil de encontrar en los parques eólicos, probablemente porque
no suena igual de bien que otros. En este caso, sin embargo, hemos dado con él
en la página web de Typsa, la prestigiosa firma de ingeniería que tiene un papel
relevante tanto en la construcción del proyecto como en su gestión. La cifra es
importante: el parque "ocupa un área aproximada de 8.000 ha", tal y
como explica el texto sobre el proyecto.
8.000 hectáreas son, como muchos de ustedes sabrán,
ochenta kilómetros cuadrados, y como su capacidad de generación es un
dieciseisavo que la de la central nuclear, para saber qué espacio ocuparía un
parque eólico para producir lo mismo que Ascó hay que multiplicar este dato,
ochenta kilómetros cuadrados, por dieciséis: estaríamos hablando de unos 1.280
kilómetros cuadrados, más del doble de toda la superficie de la ciudad de
Madrid.
Para tener un término válido de comparación haremos
la misma operación que hemos hecho con anterioridad: ver qué se genera en cada
kilómetro cuadrado. Obtendremos un dato mucho menos beneficioso: la energía
eólica sólo es capaz de generar 12,5 GWh al año en cada kilómetro cuadrado,
incluso en un proyecto de los más avanzados y modernos como Gecama.
Se podría aducir que en realidad no se ocupa todo
este territorio sino sólo lo que es necesario para instalar cada una de las 69
enormes turbinas de 149 metros de diámetro de rotor del parque. No nos parece
pertinente: la realidad es que, incluso sin tener en cuenta la brutal
afectación al paisaje que es todavía más amplia, es obvio que el terreno se ve
totalmente afectado y el espacio entre generadores no puede ser ocupado por
nada: ni viviendas, ni industrias, ni servicios para las localidades
cercanas...
Por último, otra operación sencilla nos da la
relación entre ambas tecnologías de generación según lo que son capaces de
producir por kilómetro cuadrado: la eólica necesita ocupar 1.159 veces más
espacio que la nuclear para generar la misma cantidad de electricidad.
Recuerden, no obstante, que este es un cálculo aproximado, pero aun así es
significativo.
Nuestro análisis no estaría completo si no
incluyésemos una tercera forma de energía que también tiene un fuerte impacto
en la ocupación de terreno: la fotovoltaica que está, como la eólica,
invadiendo zonas rurales de España y recibiendo un rechazo cada vez mayor sobre
todo por su impacto en el paisaje y los enormes espacios que requiere.
Como en los dos casos anteriores tomamos para
nuestra comparación un proyecto puntero: la planta solar Núñez de Balboa,
considerada la mayor de España, que está ubicada en la localidad de Usagre,
Badajoz, y ya es visible, aunque sólo sea en parte, en Google Maps.
La propia página de Iberdrola nos da la información
clave sobre la planta: la potencia instalada es de 500 MWp, aunque el máximo
que puede suministrar a la red es 391MW. Con esto es capaz de generar, siempre
según los datos de la compañía eléctrica, 832 GWh al año, es decir, casi veinte
veces menos que Ascó.
Para producir esta energía la planta ocupa "una
superficie cercana a las 1.000 hectáreas", es decir, diez kilómetros
cuadrados. Una forma interesante para hacernos una idea de lo que esto
significa es constatar que, para generar lo mismo que Ascó, tendría que tener
unos 200 kilómetros cuadrados, lo que casualmente es dos veces el tamaño de la
ciudad de Barcelona.
No obstante, volviendo a los términos de nuestra
comparación, el ratio de generación según el espacio sobre el que está asentada
es bastante mejor que el de la eólica: 83,2 GWh por kilómetro cuadrado. Aun
así, se queda muy lejos del que nos proporciona Ascó: para producir lo mismo
que la nuclear una central fotovoltaica de última generación tendría que ocupar
174 veces el terreno que ocupa aquella.
En estos cálculos, además, no incluimos un hecho
fundamental: en el mejor de los casos una central fotovoltaica sólo puede
generar electricidad durante unas horas al día, y esa electricidad no se puede
almacenar, así que cuando se dice que la Núñez de Balboa "suministra
energía limpia a 250.000 hogares" habría que añadir que esos hogares
dependen de otra fuente de energía para tener luz, que sus electrodomésticos
funcionen y sus coches eléctricos se carguen por la noche.
Y por supuesto tampoco hay que olvidar que estas
energías renovables dependen de las condiciones ambientales: aunque sí puede
mantener el suministro nocturno, si no hay viento la eólica no puede generar,
pero si hay demasiado también debe ser desconectada por razones de seguridad.
Del mismo modo, la fotovoltaica generará mucho menos si está nublado y, aunque
esto es menos conocido, también si hace mucho calor. En resumen, más allá de la
energía que puedan producir unas y otras, ambas necesitan el respaldo de otras
fuentes, ya que no son tan fiables como la nuclear, capaz de operar 24 horas al
día los 365 días al año y cuyas paradas son siempre programadas.
¿Y si queremos cubrir toda la demanda con eólica o
fotovoltaica?
Quizá la última de las comparaciones pueda llamar
todavía más la atención. Imaginemos que queremos cubrir toda la demanda de
energía eléctrica de España con alguna de estas tecnologías renovables. Para
poder generar los 250.000 gw/h que se consumieron en 2022 en España, harían
falta campos eólicos por una extensión de 20.000 kilómetros cuadrados, lo que
supondría prácticamente la totalidad de la Comunidad Valenciana dedicada a la
plantación de molinos.
Si lo que queremos es hacerlo con fotovoltaica,
serían unos 3.000 kilómetros cuadrados, equivalente a llenar de paneles solares
toda la provincia de Álava.
.-
Comentarios
Publicar un comentario