Arabia Saudí planea utilizar uranio local como combustible nuclear
El ministro de Energía, el príncipe Abdulaziz bin
Salman, declaró el miércoles que Arabia Saudí planea utilizar uranio de origen
nacional para desarrollar su industria de energía nuclear, informa Reuters.
Añadió que las recientes prospecciones habían mostrado
la existencia de diversas reservas de uranio en el Estado árabe del Golfo, el
mayor exportador de petróleo del mundo.
Arabia Saudí tiene un incipiente programa nuclear
que quiere ampliar, para incluir eventualmente el enriquecimiento de uranio, un
área sensible dado su papel en las armas nucleares. Riad ha declarado que
quiere utilizar la energía nuclear para diversificar su combinación energética.
No está claro dónde terminan sus ambiciones, ya que
el príncipe heredero Mohammed bin Salman dijo en 2018 que el Reino
desarrollaría armas nucleares si su rival regional, Irán, lo hacía.
"El reino tiene la intención de utilizar sus
recursos nacionales de uranio, incluso en empresas conjuntas con socios
dispuestos de acuerdo con los compromisos internacionales y las normas de
transparencia", dijo Abdulaziz bin Salman.
En una conferencia de la industria minera celebrada
en Riad, declaró que esto implicaría "todo el ciclo del combustible
nuclear, que comprende la producción de torta amarilla, uranio poco enriquecido
y la fabricación de combustible nuclear, tanto para nuestro uso nacional como,
por supuesto, para la exportación".
Otro Estado del Golfo, Emiratos Árabes Unidos (EAU),
cuenta con la primera central nuclear operativa del mundo árabe. Los EAU se han
comprometido a no enriquecer uranio por sí mismos y a no reprocesar el
combustible gastado.
Los reactores atómicos necesitan uranio enriquecido
con una pureza en torno al 5%, pero la misma tecnología de este proceso puede
utilizarse también para enriquecer el metal pesado hasta niveles superiores,
aptos para armamento.
Esta cuestión ha estado en el centro de las
preocupaciones occidentales y regionales sobre el programa nuclear iraní, y
condujo al acuerdo de 2015 entre Teherán y las potencias mundiales que limitaba
el enriquecimiento al 3,67%.
El pacto se deshizo después de que el entonces
presidente Donald Trump abandonara el acuerdo en 2018, y los esfuerzos para
salvarlo se han estancado desde septiembre.
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