Así es como los residuos nucleares van a ayudarnos en nuestro regreso a la Luna
Dado que ya hemos visto cómo la misión Artemis I
está siendo todo un éxito y cuáles son los planes de la NASA para alcanzar
Marte en un futuro próximo, parece lógico pensar en nuevas maneras de alcanzar
nuestro satélite u otros planetas con innovaciones en las naves que
transportarán a los astronautas del futuro. En esta ocasión, las novedades
llegan por el lado de las baterías que están siendo desarrolladas para las
misiones de la ESA a la Luna.
Gracias a la información publicada en el medio
digital Nature, hemos conocido que científicos de la ESA se encuentran inmersos
en el desarrollo de un nuevo tipo de baterías que estarían fabricadas con
residuos nucleares y que comenzarían a ser probadas a finales de esta década o
principios de la siguiente. El objetivo sería poder gestionar la potencia de
las naves sin necesidad de paneles solares y llegar a la Luna y otros rincones
de la galaxia. Para ello la ESA ha acordado la creación de un programa, con un
presupuesto de 29 millones de euros, que se llamará ENDURE, acrónimo de
Dispositivos Europeos Utilizando Energía Radioisótópica.
El elemento del que se intentará aprovechar todo su
potencial se llama americio y, hasta la fecha, nunca ha sido utilizado como
combustible. Según la información de la ESA, la agencia espacial europea tenía
que valerse de baterías de procedencia rusa o norteamericana, utilizando
plutonio con ingrediente principal. Sin embargo, este elemento radioactivo es
tan caro de producir como difícil de encontrar y es por eso que se plantea el
uso de un subproducto del mismo, el americio. Es aquí donde llega la gran
ventaja de éste.
Según científicos del Laboratorio Nuclear Nacional
del Reino Unido, el americio puede ser extraído a través de residuos nucleares
procesados y transformados en pellets, que serían los que formasen parte del
núcleo de las futuras baterías. El americio costaría cinco veces menos de
producir que el plutonio y sería utilizado para fabricar dos tipos de
dispositivos: una unidad de calentamiento y un generador termoeléctrico. Los
científicos europeos están tan emocionados con el descubrimiento, que aseguran
que la NASA podría considerar el uso del americio en sus próximas misiones
Artemis.
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