Almacenamiento Geológico Profundo: la apuesta del Gobierno español para 'enterrar' los residuos nucleares
Los residuos nucleares, los que generan las
centrales de fisión (y no las futuras centrales de fusión), son un grave
problema. Son los llamados Residuos de Alta Actividad (RAA). ¿Qué hacer con
ellos? De momento, se entierran... lo más profundamente posible, lo más
herméticamente posible.
Los RAA son básicamente el combustible gastado en
los reactores nucleares y otros materiales con niveles elevados de
radiactividad, normalmente con un contenido apreciable de radionucleidos de
vida larga. Según el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), su periodo de
semidesintegración es superior a los 30 años, pueden emitir calor y estar
activos durante miles o decenas de miles de años.
España cuenta con siete reactores nucleares, en
cinco centrales. Son Almaraz (I y II), Ascó (I y II), Cofrentes, Vandellós II
(en 1989 se cerró Vandellós I) y Trillo. Para enterrar la basura radiactiva que
producen en su proceso de creación de energía estaba pensado construir un gran
Almacén Temporal Centralizado. Ese ATC ha sido motivo de debate y discusión
durante años; primero por su necesidad y después por su ubicación. Pero
finalmente, el Gobierno ha descartado seguir adelante con el proyecto.
El Ejecutivo, que prevé el cese de la operación de
las centrales nucleares entre 2027 y 2035, anunció el pasado 8 de noviembre que
descarta la construcción del ATC que se había proyectado en Villar de Cañas
(Cuenca). En su lugar, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto
Demográfico (Miteco) propone abrir siete almacenes temporales descentralizados.
Según el séptimo plan general de residuos
radiactivos elaborado por el Miteco, estos recogedores de basura nuclear (el
combustible gastado y los residuos de alta actividad) se ubicarán en los
emplazamientos de las propias centrales. Después, estos combustibles serán
trasladados a un almacenamiento definitivo, junto con sus respectivas
instalaciones complementarias o medidas adicionales para el mantenimiento de
los contenedores del combustible gastado.
Ese almacenamiento definitivo del combustible
gastado y los RAA será en un Almacenamiento Geológico Profundo (AGP). No es una
idea nueva. Ya en junio de 2006, el 6º Plan General de Residuos Radiactivos
hablaba de que el AGP podría ser la posible solución para el almacenamiento a
largo plazo de este tipo de residuos.
Será un poco más caro. Para la construcción del
Almacén Temporal Centralizado de Cuenca se calculó un presupuesto de 24.435
millones de euros, mientras que la opción finalmente escogida, los siete
almacenes temporales descentralizados, implicarán un coste inicial de 26.560
millones de euros.
Qué es el
Almacenamiento Geológico Profundo
El AGP consiste en el almacenamiento profundo en
instalaciones de ingeniería subterráneas dentro de formaciones geológicas
estables. Dice el CSN que este procedimiento "es la solución considerada
más favorable y segura por la comunidad técnica hoy en día para la última etapa
de la gestión de los residuos de alta actividad".
El AGP aisla los residuos mediante la interposición
de una serie de barreras en instalaciones de almacenamiento a profundidades
generalmente alrededor de los 500 metros, donde los residuos se introducen
primero en contenedores de metal extremadamente duraderos y resistentes a la
corrosión u otras formas de degradación durante muchos años. Posteriormente,
éstas se disponen en galerías en formaciones geológicas estables, taponadas con
materiales absorbentes y rodeadas de terreno de baja permeabilidad y con gran
capacidad de retención.
Explica el Consejo de Seguridad Nuclear que el
confinamiento y aislamiento del medio ambiente del residuo los proporcionan
tanto el contenedor en el que se introduce el residuo antes de colocarlo en la
instalación de almacenamiento definitivo como las diversas barreras
tecnológicas adicionales y la barrera natural que supone la roca receptora. El
AGP parece así la solución más segura en términos de seguridad física,
presentando una mínima vulnerabilidad al robo o sabotaje en comparación con el
resto de soluciones de almacenamiento.
Cómo se gestionan
los Residuos de Alta Actividad
En el ciclo abierto, por el que ha optado España, la
gestión de los RAA pasa por tres fases principales:
El combustible irradiado se almacena en las piscinas
que poseen las centrales durante un periodo de al menos cinco años, durante los
cuales se refrigera y reduce su radiotoxicidad.
Se depositan los RAA en un almacén temporal, que
puede ser en húmedo (piscinas) o en seco.
Se almacenan a largo plazo en un AGP.
Parece haber consenso entre la comunidad científica
nuclear que el AGP es la solución más segura/eficaz. Varios países se
encuentran en fase de investigación o construcción de este tipo de instalación,
como Francia, Suecia, Reino Unido, Japón y Canadá. Pero los que más han
avanzado son Estados Unidos y Finlandia.
Los AGP de EE
UU y Finlandia
Desde 1999, EE UU tiene en funcionamiento un AGP
para residuos de media y baja actividad. La Waste Isolation Pilot Plant (WIPP)
se encuentra en Nuevo México y es solo para los residuos procedentes de la
investigación y de la producción de armamento nuclear. El Departamento de
Energía norteamericano espera que este AGP opere hasta 2070.
Su ubicación fue elegida por la sal. Los residuos
nucleares que aquí llegan se sitúan en salas a 650 metros bajo tierra que se
han excavado en una formación salina de unos 600 metros de espesor que ha
permanecido estable durante más de 200 millones de años. La sal actúa como un
medio plástico sellando cualquier grieta que pudiera desarrollarse a lo largo
del tiempo.
Sin embargo, este Almacén Geológico Profundo no es
adecuado para los RAA procedentes de las centrales nucleares, ya que desprenden
calor que a su vez atrae el agua, que finalmente podría llevar a una corrosión
de los empaquetamientos de los residuos y la disolución de estos en el agua
salada.
En el caso de Finlandia, en mayo de 2021 empezó la
construcción del depósito Onkalo, una serie de túneles para enterrar los
desechos atómicos de las centrales nucleares del país. Las autoridades
finlandesas esperan que en este AGP los desechos puedan ser conservados durante
100 milenios.
El coste de la obra está valorado en casi tres
millones de euros y se estima que esté operativo en 2023. No obstante, no se
espera que la red de túneles esté finalizada por completo antes de 2120.
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